"Cuando salía del templo, uno de sus discípulos le dijo: Maestro, ¡mira qué piedras y qué edificios! Y Jesús le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra que no sea derribada" (Marcos 13:1-2 BA)

2 Pedro 3:9

Debido a que en las últimas semanas he escuchado a personas malinterpretando ciertos pasajes de la Biblia, quiero iniciar un estudio acerca de pasajes difíciles de la Biblia. No quiero dar a entender que la Biblia es difícil de comprender. Lo que digo es que apegándose a lo que Pedro le dice a la iglesia con respecto a algunos de los escritos de Pablo, hay ciertas porciones de las Escrituras que requieren de mayor estudio y exégesis para ser comprendidos y adaptarlos al contexto del pasaje. Creo que muchos de nosotros hemos escuchado o visto como otras personas toman pasajes de la Biblia fuera de contexto y los aplican a las situaciones que ellos desean. Yo diría que muchos de nosotros hemos hecho esto alguna vez.
Pedro dice,
“[Pablo] hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición.” 2 Pedro 3:16
Cuando interpretamos un pasaje, lo principal es tomar el contexto de donde viene ese pasaje. John Piper tiene un buen panfleto enseñando como debe de hacerse la exégesis bíblica, que creo sería importante que ustedes lo lean y lo estudien.

Pero para entrar en el pasaje del día de hoy, debemos saber que este pasaje es utilizado por los armianistas para sostener sus teorías en contra de la elección, y para favorecer que Dios desea que toda la humanidad venga al arrepentimiento. Veamos el pasaje,
“El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” 2 Pedro 3:9
¿Qué interpretan los armianistas de este pasaje? Muchos armianistas plantean que Dios no quiere que ningún hombre perezca, y que toda la humanidad se arrepienta de sus pecados y vengan a Dios. Es decir, los hombres, según dirían los armianistas, tienen el libre albedrío de venir a Dios o de rechazarlo, pero Dios quiere que todos vengan a Él. Por ejemplo, John Wesley comenta lo siguiente,
“El Señor no es lento–como si el tiempo fijado para ello fuera pasado. Concerniendo a Su promesa–que se cumplirá en su tiempo. Pero es paciente con nosotros–hijos de los hombres. No queriendo que ninguna alma, que Él ha creado, perezca.” [1]
Basta decir, que esto es todo el comentario que hace Wesley de este pasaje, a diferencia de los comentarios de los reformados. Pero, la pregunta es: ¿Es esto lo que está diciendo el texto? Leamos el capítulo 3 en su totalidad,

Leer más en Sujetos a la Roca.

Si el vínculo no funciona puede ver el documento AQUI.

No hay comentarios:

Publicar un comentario